"Designa en
los tratados de alquimia la fase de separación y disolución de la sustancia que
era, según se dice, la más difícil de la Gran Obra. Todavía se discute si esta
expresión se aplicaba a experiencias audaces sobre la propia materia o se entendía
simbólicamente respecto a las obras del espíritu que se liberaban de rutinas y
prejuicios. No hay duda de que ha significado una cosa u otra o las dos a la
vez". Así define Marguerite Yourcenar (1903-1987) el concepto de Opus
Nigrum, central en su novela, que además le sirve de título.
Esta escritora de
lengua francesa, nacida en Bruselas, nacionalizada norteamericana y primera
mujer en entrar en la Academia Francesa, tiene una extensa obra en la que
destacan dos grandes novelas clasificables en el género de la novela histórica.
Tanto Memorias de Adriano como Opus Nigrum son
dos poemas narrativos magistrales que justificarían cada uno de ellos por
separado la vida entera de un escritor y que forman parte, sin duda, de los
clásicos literarios que ha producido el siglo XX. El emperador Adriano y el
filósofo, médico y alquimista Zenón (personaje central de Opus Nigrum) son
las máscaras que utiliza la Yourcenar para hablar de sí misma, de la vida y del
mundo. En sus propias palabras, Zenón es "la invención de un personaje histórico ficticio",
mientras que Adriano era "la libre recreación de un personaje histórico
que dejó su huella en la historia".
Simplificando, podría decirse que esta mujer vivió como mínimo tres vidas
gracias a la literatura: la de Adriano en la Roma del siglo II, la de Zenón en
la Europa del siglo XVI y la suya propia, literaria ella entera.
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