En las ruinas de
un anfiteatro, justo afuera de una ciudad de Italia sin nombre, vive una
niña huérfana llamada Momo, que posee una habilidad extraordinaria de saber
escuchar. Momo tiene amistad con todos y especialmente con el barrendero Beppo
y el guía turístico Gigi (también conocido como Gigi Cicerone o Girolamo).
Esta atmósfera
placentera acaba con la llegada de los hombres grises, unos extraños individuos
que representan al Banco de Tiempo y promocionan la idea de ahorrar tiempo
entre la población (tiempo que puede ser depositado en el Banco y devuelto al
cliente después, con interés). En realidad, hacen que la gente lo olvide todo
salvo su obsesión por ahorrar todo el tiempo posible para un
hipotético uso posterior. Gradualmente, la siniestra influencia de los hombres
grises afecta a toda la ciudad: la vida se torna estéril, se deja de hacer todo
lo que se considera perder el tiempo, como el arte, la imaginación o incluso
dormir. Los edificios y las ropas están hechos exactamente de la misma forma
para todos y el ritmo de vida se torna ajetreado. En realidad, cuanto más
tiempo ahorra una persona, menos tiene: los hombres grises lo consumen en forma
de cigarros, hechos de pétalos secos de las flores horarias que representan el
tiempo. Sin esos cigarros, los hombres de gris no pueden existir…
En la noche brilla tu luz.
De dónde, no lo sé.
Tan cerca parece y tan lejos.
Cómo te llamas, no lo sé.
Lo que quiera que seas:
luce, pequeña estrella
(Según una vieja canción infantil de Irlanda).
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