Javier Sierra se
convierte en el protagonista de su propia novela y nos traslada a principios de
los noventa, cuando era un estudiante en Madrid y visitaba el Museo del Prado
siempre que podía. Fue allí donde conoció al misterioso doctor Fovel, el
Maestro del Prado, quien le ayudó a interpretar las más clásicas obras de arte
del museo (Rafael, Leonardo, el Greco, el Bosco…) y a leer entre líneas. Con la
ayuda del Maestro, Javier desentrañará una trama de intriga bíblica y sobrenatural
a través de los mensajes ocultos de las pinturas.
«Han pasado dos décadas largas desde mi encuentro con el hombre del abrigo negro y todavía ignoro si lo que aprendí de él, intramuros del Prado, a resguardo de los rigores del clima madrileño y lejos de mis preocupaciones mundanas, lo imaginé o me lo enseñó de veras. Nunca estuve seguro de su nombre auténtico, ni de su dirección, y mucho menos de su oficio. Jamás me dio una tarjeta de visita o su número de teléfono. Entonces yo era mucho más confiado que ahora. Bastó su invitación a mostrarme los arcanos ocultos de aquellas galerías —“si quieres, si tienes tiempo”— para que me dejara llevar por sus conversaciones y atendiera con un entusiasmo creciente las citas a las que me fue convocando.» (pp. 15-16)
«A diferencia del gran Leonardo, el maestro de Urbino no había renunciado a pintar lo sobrenatural. De hecho, creía que debía hacerse con la misma corporeidad, con la misma verosimilitud con la que se representaba cualquier otro elemento del mundo visible.» (p. 96)
«Cuando leemos un libro que nos conmueve entramos en un estado mental diferente. Es como entrar en otro mundo. Cuando admiramos una pintura o escuchamos una melodía que toca algo en nuestro ser más íntimo sucede lo mismo. Es como si lográramos elevarnos por encima de lo material y, por un instante, fuéramos capaces de participar en algo sublime.» (p. 101)Web oficial del autor
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