O Club de lectura Pantasmas de Papel do IES Fernando Esquío é o lugar onde queremos comentar, suxerir, alentar e compartir os libros que nos gustan....Animádevos e deixade os vosos comentarios "en cualquier lengua!"

1 de abril de 2013

La bibliotecaria de Auschwitz

En el bosque de abedules de Birkenau, los nazis levantaron un campo de concentración “ejemplar”, con familias enteras que utlizaban como propaganda para convencer al mundo de lo bien que trataban a los judíos. Cada seis meses, esas familias eran gaseadas como las demás. Jugándose la vida, Dita Kraus, una niña de 14 años creó en el barracón 31 de aquel campo una biblioteca clandestina. Y aún vive para contarlo.

Disculpe, señor, ¿da usted su permiso que regrese a la fila? Si le parece bien, naturalmente. Lo último que querría sería molestar y…”.
Irritado el suboficial se encara con Morgenstern: ¡Estúpido vejestorio judío! ¡Si no estás en tu sitio en tres segundos, te descerrajo un tiro! ¡A la fila, imbécil!.
La añagaza ha funcionado. Alterado, el suboficial cree haberse ocupado ya de las niñas y pasa a inspeccionar otras filas. Tras algunos gritos y zarandeos más, los nazis pueden se marchan. Dita vivirá un día más

Así empieza la novela La bibliotecaria de Auschwitz, escrita por Antonio G. Iturbe y basada en hechos reales. El barracón 31 formaba parte del denominado campo familiar agregado a Auschwitz y enclavado entre el bosque de abedules de Birkenau. Albergaba a familias enteras con sus hijos con un fin propagandístico...
El barracón 31 albergó unos 500 niños… Y, de forma sorprendente, los prisioneros se las ingeniaron para crear una biblioteca infantil clandestina. Era precaria: solo contaba con ocho libros; entre ellos, un atlas desencuadernado; un manual de álgebra; Los Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica de Sigmund Freud y Las aventuras del bravo soldado Svejk, del checo Jaroslav Hasek. La biblioteca también contaba con “libros vivientes”: prisioneros que recitaban a los niños obras que habían leído en el pasado.

En medio del horror, Dita nos da una maravillosa lección de coraje: no se rinde y nunca pierde las ganas de vivir ni de leer porque, incluso en ese terrible campo de exterminio, «abrir un libro es como subirte a un tren que te lleva de vacaciones».

Reseña en el Cultural del ABC  y en El País.
Entrevista al autor en RTVE.


1 comentario:

Unknown dijo...

Dos mellores libros deste clube, sen dúbida. Emocionante, con Historia viva e mesmo final de mollar o pano das mans. Hai unha metáfora que me gustou especialmente: os libros son para Dita uns anciáns que hai que coidar porque son testemuños da sabedoría universal. Chegoume moi adentro esta personaxe lizgaira e espilida; sóame de algo ese amor inquebrantable pola lectura, pero moi especialmente polos libros como obxectos case case de culto. O tacto do papel, o aroma, a compaña... E a posibilidade de viaxar máis aló de paredes e muros electrificados... Moi boa escolla, en definitiva. Xa haberá ocasión para comentarios máis a fondo; isto é un abrir de boca.