
Miles de finlandeses se lanzan cada año por un precipicio o inhalan dióxido de carbono del tubo de escape. Precisamente el día de San Juan, la fiesta de principios del verano, Onni Rellonen, un empresario en crisis, decide poner fin a su vida. Pero apenas ha encontrado un granero apartado, unos ruidos lo detienen. Onni salva a otro visitante del granero, el coronel Kemppainen, un viudo que había decidido matarse ese mismo día. Ambos renuncian al común propósito y empiezan a charlar sobre los motivos que les impulsaban. Toman una sauna, beben coñac y empiezan a tutearse, hasta que se rinden ante la evidencia: existe un gran número de candidatos al suicidio. Nace así una larga amistad y la idea de fundar una asociación de «aspirantes a suicida». Así, treinta y tres compañeros deciden partir, en un flamante autocar, en busca de un suicidio colectivo digno: cruzarán Europa hasta encontrar el mejor acantilado desde el que lanzarse deliciosamente al vacío.

Con más de treinta novelas publicadas, el finlandés Arto Paasilinna ha conseguido que cada uno de sus libros sea un acontecimiento en su país. A partir de 1979, no hay año sin un nuevo libro de Paasilinna, y los finlandeses se diría que los leen con la misma afición con que usan la sauna. La razón primordial de tanto éxito es que son novelas indudablemente divertidas, pero no por ello insustanciales; su sentido de lo cómico recuerda, de alguna manera, el cine mudo, en concreto la actitud impasible de Buster Keaton frente a la tontería: un humor muy serio, que se sirve de la parodia para revelar la chifladura tanto de los estrafalarios como de los que se avienen a la más cruda normalidad. En todos alienta un anhelo, nunca logrado, de felicidad o placidez, que se remedia con actuaciones disparatadas. La visión de Paasilinna, aunque satírica y ácida, es también compasiva; de ahí que la locura de sus personajes libere al lector, momentáneamente, del absurdo y la angustia de la sociedad actual. Hay algo, sin duda, terapéutico en la narrativa de este prolífico escritor finlandés, y en todo caso es seguro que con sus libros contribuye decididamente a que sus compatriotas resistan mejor los largos inviernos.